Origen e historia
La Fototipia Thomas constituyó una de las líneas de producción y negocio de la conocida como Casa Thomas, fundada en 1882 por el impresor Joseph Thomas i Bigas (1852, Barcelona – 1910, Berna). Hombre inquieto y perfeccionista, Thomas i Bigas se formó en las técnicas más innovadoras de impresión que se estaban desarrollando en su tiempo e, incluso, concibió nuevas formas para imprimir; sobre todo en lo que respecta a la reproducción de la imagen fotográfica. Así lo reseñaba el escritor catalanista Francesch Matheu en el homenaje que le dedicó a su muerte, en la revista Ilustració Catalana:
«De lo qu’ha fet en el seu ari de gravador, quasi no cal parlarne, per que ho coneix prou el públich y sobretot els nostres abonáis. Volem recordar no mes qu’ell ab altres dos companys implantaren seriament en el nostre país el nou sistema de gravat; qu’ell personalment, empés per un afany de perfecció, creà y trobá noves maneres de gravar sobre’l zing; que fou ell qui primer entre nosaltres se preocupà de gravar directament la imatge fotográfica, sense mediació de dibuxant, per procediments purament mecanichs, obtenint fa prop de trent’anys una planxa (que tornem a imprimir en aquestes planes) per un sistema tot seu, abandonat després y que qui sab si algún día’ns tornara a venir com una novedat y sobretot com un perfeccionament; y que també fou ell qui, seguint els passos deis grans gravadors extrangers, trobà’l 83 l’actual procedimenl directe, qual primer gravat (que igualment tornem a estampar en aquest número) fou publicat en el primer de l’any 1884 de «La Ilustració- Calalana ».
La rápida prosperidad del negocio, le llevará a construir en 1895 un hermoso edificio modernista, que será sede de la imprenta, en la calle Mallorca, proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner. Seis años más tarde, Thomas inicia la edición de tarjetas postales ilustradas con fotografías. Comienza con la reedición de otros editores y temas locales, pero, a partir de 1905, publica sus propias colecciones de diferentes puntos de la geografía española, cuyas fotografías encarga a los fotógrafos locales.
La fototipia o fotocolografía era una técnica por la que reproducía impresa en papel la imagen de un cliché fotográfico utilizando tinta grasa inalterable. Para ello se utilizaba bicromatada, que se extendía en estado líquido sobre plancha de cobre o cristal. Utilizando esta técnica se obtenían una reproducciones impresas de gran calidad, muy fieles al original fotográfico.
Tras la muerte del fundador de la empresa, la Casa Thomas pasó por distintos periodos, en lo que estuvieron al frente sus hijos Eduald y Josep. Sin embargo, a pesar de su modernidad, a mediados de los años 50 del s. XX se vio obligada a cerrar sus puertas, según la versión de Julia Castelló González, en su Trabajo de Final de Grado:
«El material fotográfico —negativos y copias incluidos— aue se encontraba en el interior del edificio de la calle Mallorca de Barcelona quedó depositado allí, y se dsconoce en qué condiciones se mantuvo todo el fondo durante años. Los objetos fotográficos (negativos de vidrio, ceuloide, tramados) permanecieron en el sótano. Todo indica que durante estos años buena parte de los negativos fotográficos fue adquirida por anticuarios, pues todavía actualmente se producen numerosas ventas de negativos de la casa Thomas a través de Inernet. Más tarde, cuando se planteó la reutilización del inmueble construido por Domènech i Montaner, se hizo necesario desalojar todo lo que quedara en el interior. Esto ocurrió el año 1975. Cuando el Institut d’Estudis IEFC tuvo conociumiento de la situación de la antigua imprenta, propuso a los nuevos propietarios del edificio adquirir el material fotográfico que quedara. Desconocedores de lo que había en el interior de las cajas del sótano, los nuevos dueños apremiaron a la institución a retirar las cajas antes de vaciar el edificio. Una camioneta cargó apresuradamente aquellas cajas, y desde entonces, el IEFC conserva y difunde el fondo salvado de la antigua casa Thomas».
Como intuye Castelló, hubo una parte de aquel fabuloso archivo que salió del edificio de la Casa Thomas antes de que los expertos del IEFC lograra salvarlo. Son esos cerca de 12.000 negativos que se han disgregado por todo nuestro país y que hoy vuelven a reunirse aquí, aunque solo sea de manera virtual.